Por qué no te callas?

CON Z DE ZAPATERO FRENTE A RAJOY I DE ESPAÑA (y último)

ANALISIS DE CONTENIDO 20/10/2007 Frente a un tenso y encorsetado Rajoy, ZP transmite relajación El vídeo de Zapatero ofrece calma frente al discurso alarmista del PP ANDRÉS VILLENA OLIVER Con el título de “Las siete diferencias”, el diario Público analizaba ayer lo que separa el último vídeo del PSOE, protagonizado por José Luis Rodríguez Zapatero, de la producción realizada por el PP hace ya más de una semana con motivo del Día de la Hispanidad. Por su parte, elplural.com ha completado ese análisis y ha añadido más pistas a dos productos que son totalmente diferentes. Las diferencias entre los dos audiovisuales comienzan ya en el mismo escenario en el que se encuentran los dos candidatos a la presidencia. A diferencia del entorno estático y sobrio, en el que Rajoy recrea, como muchos medios han comentado, una imagen casi institucional, podemos comprobar cómo el lugar en el que aparece Zapatero es más dinámico y relajado: se producen cambios de plano y la sencillez del fondo y los colores –la cortina blanca- contribuyen a transmitir una sensación de calma. Quizá una tranquilidad que quiere ofrecerse frente al mensaje más crispante de la oposición representada por Rajoy. Gran contraste Es más que probable que el PSOE haya buscado mostrar un gran contraste con el vídeo de Rajoy: se persigue, a toda costa, lanzar un mensaje de calma, tanto en el contenido como en las formas. En efecto, frente a un Rajoy que parece haber grabado el vídeo en la toma número 25, tenemos a un Zapatero que actúa con más naturalidad y quizá con menos guión y ensayos. Relajación frente a tensión Por otro lado, la ropa de ambos sigue subrayando el contraste de ideas que subyace a las dos producciones: Rajoy intenta hacerse pasar prácticamente por un jefe de Estado, o bien un presidente del Gobierno –lo que a él le gustaría ser después de las próximas elecciones-; por su parte, Zapatero ya es presidente y solo pretende transmitir la idea del “somos como somos”. El jefe del Ejecutivo quiere mostrar confianza por lo realizado a lo largo de la legislatura. Sobre ser uno mismo Un Zapatero que, al reírse de sí mismo, encaja perfectamente en su papel: no necesita hacerse pasar por nadie; entre tanto, tenemos a un Rajoy más encorsetado, metido forzadamente en un papel que no le corresponde y en el que parece no sentirse cómodo en absoluto. La postura de Rajoy resulta mucho más artificial que la del presidente del Gobierno. No se asustan Frente a la cantidad de información comunicada por el PP, el vídeo del PSOE centra su interés en las formas: un presidente que se encuentra a gusto en su hogar, que transmite una sensación de confort y seguridad y que, en este sentido, lanza un mensaje a la oposición: la estrategia del miedo no amilana a los socialistas.

Sunday, November 22, 2009

Cataluña y el Tribunal Constitucional

El equilibrio de fuerzas en el Tribunal Constitucional se corresponde a una correlación de criterios ideológicos como no podría ser de otra manera. Conciliar la constitucionalidad de leyes con tanta carga política como el Estatuto de Cataluña hace inevitable que el derecho esté analizado a la luz de convicciones políticas. Y eso no es solo ineludible sino que es una consecuencia positiva del compromiso ideológico que tienen también los jueces y que tamizan sus interpretaciones a la luz de sus propias convicciones.

Ocurre que cuando la resultante se corresponde con los propios anhelos, el Tribunal es fantástico; y cuando los discute, reprobable. Todo juego tiene unas reglas y estas son la condición de que el juego sea posible. Y las normas son vigentes cuando favorecen y cuando perjudican porque esa es la esencia de cualquier encomienda que merezca ser reglada para que el resultado sea incuestionable.

En los últimos tiempos hemos asistido a coacciones del President de la Generalitat, José Montilla, que anunciaba grandes movilizaciones y rechazos ante la hipótesis de una sentencia sobre el Estatuto que modificara los términos en los que fue aprobado en referéndum. Es una posición inaceptable porque es un mal sustitutivo de la pretensión de que no exista la cámara de apelación del Constitucional como interprete supremo de la Constitución y garantía de que las leyes siempre estarán subordinadas a la Carta Magna.

En el fondo la actitud de Montilla y quienes como él en el fondo proclaman la rebelión ante una sentencia adversa tienen la misma disposición de ánimo democrático que Batasuna o el Partido Popular, porque en determinados momentos los tres coinciden en no respetar el estado de derecho.

Naturalmente que es irritante la dilación de los plazos en los que el Constitucional está trabajando en la sentencia. Es irritante la sensación, o la evidencia, de que algunos magistrados están atados por fidelidades políticas, más allá de las propias convicciones ideológicas. Pero este es nuestro Tribunal Constitucional y sería inadmisible que algunos defectos lo anularan. Y si quienes piensan que los déficit en el comportamiento del Constitucional le quitan legitimidad, debieran exigir su disolución sea cual sea la resultante de sus sentencias.

Si al final todos y cada uno de los partidos no aceptan las instituciones del estado de derecho en la medida que sus resoluciones no les satisfacen, el estado en sí mismo está en cuestión y la democracia es intransitable.

Uno, a efectos dialécticos, estaría dispuesto a contemplar la insumisión de los partidos nacionalistas que en el fondo no se sienten constreñidos por la Constitución; observar a Montilla en rebeldía contra la institucionalidad es mucho más triste porque demuestra que sólo acepta la reglas del juego cuando le favorecen.

Carlos Carnicero es periodista y analista político