La política debe tener algunas reglas fijas; no son muchas, pero son claras. La primera es que no es admisible tener distintas varas de medir los comportamientos de los contrarios y los propios. Para los curiosos, están disponibles los diarios de sesiones en los que el ínclito Luis Ramallo, Federico Trillo y Francisco Álvarez Cascos fustigaban al gobierno socialista y al PSOE por sus episodios ciertos de corrupción. Y también las hemerotecas. No decían como ahora que “si se demuestra, seremos contundentes….” Esa debiera ser la segunda ley de la política. Las falsedades repetidas terminan por desnudar a quien las pretende sostener. Pero es más difícil o más lento que suceda cuando la caverna mediática está dispuesta a blindar las afirmaciones que chocan con la evidencia.La tercera ley de la política es que los electores propios terminan por no creerse las mentiras evidentes.
Por qué no te callas?
CON Z DE ZAPATERO FRENTE A RAJOY I DE ESPAÑA (y último)
ANALISIS DE CONTENIDO
20/10/2007
Frente a un tenso y encorsetado Rajoy, ZP transmite relajación
El vídeo de Zapatero ofrece calma frente al discurso alarmista del PP
ANDRÉS VILLENA OLIVER
Con el título de “Las siete diferencias”, el diario Público analizaba ayer lo que separa el último vídeo del PSOE, protagonizado por José Luis Rodríguez Zapatero, de la producción realizada por el PP hace ya más de una semana con motivo del Día de la Hispanidad. Por su parte, elplural.com ha completado ese análisis y ha añadido más pistas a dos productos que son totalmente diferentes.
Las diferencias entre los dos audiovisuales comienzan ya en el mismo escenario en el que se encuentran los dos candidatos a la presidencia. A diferencia del entorno estático y sobrio, en el que Rajoy recrea, como muchos medios han comentado, una imagen casi institucional, podemos comprobar cómo el lugar en el que aparece Zapatero es más dinámico y relajado: se producen cambios de plano y la sencillez del fondo y los colores –la cortina blanca- contribuyen a transmitir una sensación de calma. Quizá una tranquilidad que quiere ofrecerse frente al mensaje más crispante de la oposición representada por Rajoy.
Gran contraste
Es más que probable que el PSOE haya buscado mostrar un gran contraste con el vídeo de Rajoy: se persigue, a toda costa, lanzar un mensaje de calma, tanto en el contenido como en las formas. En efecto, frente a un Rajoy que parece haber grabado el vídeo en la toma número 25, tenemos a un Zapatero que actúa con más naturalidad y quizá con menos guión y ensayos.
Relajación frente a tensión
Por otro lado, la ropa de ambos sigue subrayando el contraste de ideas que subyace a las dos producciones: Rajoy intenta hacerse pasar prácticamente por un jefe de Estado, o bien un presidente del Gobierno –lo que a él le gustaría ser después de las próximas elecciones-; por su parte, Zapatero ya es presidente y solo pretende transmitir la idea del “somos como somos”. El jefe del Ejecutivo quiere mostrar confianza por lo realizado a lo largo de la legislatura.
Sobre ser uno mismo
Un Zapatero que, al reírse de sí mismo, encaja perfectamente en su papel: no necesita hacerse pasar por nadie; entre tanto, tenemos a un Rajoy más encorsetado, metido forzadamente en un papel que no le corresponde y en el que parece no sentirse cómodo en absoluto. La postura de Rajoy resulta mucho más artificial que la del presidente del Gobierno.
No se asustan
Frente a la cantidad de información comunicada por el PP, el vídeo del PSOE centra su interés en las formas: un presidente que se encuentra a gusto en su hogar, que transmite una sensación de confort y seguridad y que, en este sentido, lanza un mensaje a la oposición: la estrategia del miedo no amilana a los socialistas.
Wednesday, April 07, 2010
La perversión de la democracia
El precio de no cumplir estos preceptos no es sólo la pérdida del poder o no llegar a alcanzarlo. Si sólo fuera eso, sería un buen coste, asumible por la democracia. Lo que ocurre es que el espectáculo que está llevando a cabo el Partido Popular es una lluvia fina que va calando en nuestro tejido democrático y deteriorando las fibras más sensibles que sostienen el crédito de la política y los políticos en la estima de los ciudadanos.
La tecnología diseñada por Pedro Arriola, sociólogo de cabecera que fue de José María Aznar y ahora es de Mariano Rajoy que sigue sus dictados a rajatabla, consiste en no dejarse afectar por la evidencia, negarla y ganar tiempo para que la sucesión de los acontecimientos termine por hacerlos olvidar sucesivamente.
El PP tiene una gran ventaja sobre el PSOE; mejor dicho, varias ventajas. La primera, es precisamente esa tecnología del desparpajo que permite sostener una cosa y la contraria sin despeinarse. Consiste en afirmar que se hace lo contrario de lo que se está haciendo y corearlo con una cadencia asonante hasta que termine rebotado por todas las terminales mediáticas que apuntalan una mentira sostenible. La corrupción salpica a quien la consiente y a quien no tiene firmeza contra ella. Pero pueden ser procesos lentos. La prensa de calidad, al contrario de la prensa amarilla, no se pude permitir determinados linchamientos y tiene que contar con la información contrastada frente a los bulos amañados. ¿Alguien recuerda que El Mundo o la COPE, por sólo citar algunos ejemplos, haya pedido perdón por sus mentiras reiteradas sobre el atentado de Atocha?
No tengo dudas de que al final el PP pagará su complacencia con la corrupción, pero tal vez el tiempo que haga falta para ver esa realidad dañe demasiado el tejido democrático como para que haya merecido totalmente la pena.
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